martes, 26 de abril de 2011

Cuando no había San Internet



     Uno de los mejores compañeros que tenemos las personas hoy en día es el internet. Pero es un compañero relativamente joven, aunque tenga ya un buen tiempo de haber sido creado en nuestro país no es mucho el tiempo que lleva formando parte de nuestras vidas; sin embargo podemos decir que por lo menos tiene una década cerca de nosotros, y se ha vuelto tan indispensable en nuestra vida que no nos movemos sin consultarle a él si sería o no correcto hacerlo.
     Pero que hacían las personas cuando no había internet, en qué ocupaban las tardes sin chatear, ni ver videos en you tube, o descargar un montón de música y videos que posiblemente no se vuelvan a ver nunca más.
     Pues consultando a la gente se puede llegar a una conclusión sencilla. “Hacían todo”, es decir, en vez de ocuparse chateando toda la tarde con un montón de desconocidos e intercambiando frases de “hola”, “¿de dónde eres?”, -por no decir ¿quién eres?-, se reunían con sus amigos y procuraban conversar de todo aquellos que les gustaba y les disgustaba, para reír no dibujaban una carita feliz sino soltaban una carcajada, cuando tenían ganas de llorar tenían un hombro para acurrucarse, en vez de una carita triste, en suma tenían amigos y no íconos.
    Cuando querían ver algo nuevo en lugar de pasar señalando el botón “me gusta” y solamente dejarlo en su faceboock como un sueño de algo que alguna vez verán, salían a su barrio a caminar, algunos aventureros se iban más allá de las fronteras y llevaban sus recuerdos en su mente compartiéndola con la gente que conocían en el camino y los guardaban en su corazón, en lugar de enclaustrarlos en una computadora.
     Si necesitaban investigar algo que desconocían iban a la biblioteca, - muchos jóvenes ahora ni siquiera saben que es eso-, y buscaban en libros, leían, y conocían cosas escritas por verdaderos sabios de la materia y no por –disculpando ciertas excepciones- wiki expertos que no hacen más que sacar información de una página y copiar a otra lo que alguien -muchas veces sin ser cierto- dice que es verdad, y para colmo se hacen dueños de verdades ajenas.
     Antes cuando querían divertirse no se sentaban con una bolsa de papitas a jugar un videojuego en línea con un montón de gente a la que no conocen y tampoco les importaba conocer con tal de ganar. Para divertirse se reunían con sus amigos y jugaban. Jugaban juegos verdaderos no de ordenador, juegos como el trompo, el elástico, a las muñecas en el caso de las niñas, los carritos para los niños, y al papá y la mamá para los más grandecitos, los más hábiles jugaban con las canicas, y las más coquetas a maquillarse.  Jugaban, simplemente jugaban, y una cosa muy importante tenían AMIGOS, no un montón de fotos que quien sabe si serán ciertas.
     La vida antes definitivamente era vida, no sueños de computador, no digo que el internet sea malo, pero es mejor el contacto humano.

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